Fermentación y destilación del alcohol
Todas las bebidas alcohólicas contienen etanol. Se puede utilizar cualquier planta como material de partida, aunque las frutas y los cereales son los que mejor funcionan porque tienen un alto contenido natural de los hidratos de carbono necesarios para la fermentación.
El alcohol que se puede beber, llamado alcohol etílico o etanol, se produce mediante la fermentación de hidratos de carbono, como azúcares y almidones. La fermentación es un proceso anaeróbico utilizado por las levaduras para convertir los azúcares en energía. El etanol y el dióxido de carbono son productos de desecho de la reacción. La reacción para la fermentación de la glucosa para producir etanol y dióxido de carbono es:
Aunque todo el alcohol se produce a partir de la fermentación, algunas bebidas se purifican aún más mediante la destilación. Las bebidas fermentadas se consumen tal cual, posiblemente después de filtrarlas para eliminar los sedimentos. La fermentación del grano (cerveza) y la uva (vino) puede producir otros subproductos, como el metanol tóxico, pero están presentes en cantidades lo suficientemente bajas como para no causar problemas de salud.
Las bebidas destiladas, llamadas “espirituosas”, comienzan como bebidas fermentadas, pero luego se produce la destilación. El líquido se calienta a una temperatura cuidadosamente controlada para separar los componentes de la mezcla en función de sus puntos de ebullición. La parte que hierve a una temperatura inferior a la del etanol se llama “cabezas”. El metanol es uno de los componentes que se eliminan con las “cabezas”. El etanol hierve a continuación, para ser recuperado y embotellado. A una temperatura más alta, hierven las “colas”. Algunas de las “colas” pueden incluirse en el producto final porque estas sustancias químicas añaden un sabor único. A veces se añaden ingredientes adicionales (colorantes y aromatizantes) a las bebidas espirituosas destiladas para obtener el producto final.
¿El vodka es fermentado o destilado?
Bebidas alcohólicas fermentadas y destiladas: Una visión general tecnológica, química y sensorial. Fermented Beverages presenta material relevante sobre las tecnologías de las bebidas alcohólicas fermentadas y sus variaciones, incluyendo información actual sobre su química y perfiles sensoriales. El libro pretende aportar pruebas cruciales sobre el uso de nuevas tecnologías en las bebidas alcohólicas fermentadas y analiza la relación entre los enfoques químico y sensorial, ya que ambos están estrechamente relacionados. Esta información será útil para los productores de bebidas alcohólicas fermentadas, científicos y profesores, y servirá de material para los estudiantes de grado y postgrado de ciencia, tecnología e ingeniería de los alimentos. Este libro incluye seis capítulos con la siguiente temática: vinos blancos, vinos espumosos, sidra, hidromiel, cervezas y cervezas artesanales. El carácter distintivo de este libro reside en el hecho de que proporciona información sobre el uso de nuevas tecnologías en el campo de las bebidas alcohólicas fermentadas, comparándolas con las tecnologías clásicas que se han utilizado en todo el mundo. El libro proporciona datos útiles sobre el impacto de estas nuevas tecnologías en las propiedades químicas, la aceptación sensorial y los perfiles descriptivos, con el objetivo de evaluar los cambios promovidos en el perfil químico de las bebidas alcohólicas fermentadas como resultado de la mejora de su calidad y su singularidad sensorial.
Diferencia entre bebidas fermentadas y destiladas
Independientemente de que el vino, la cerveza o los licores sean lo que más le guste, estas bebidas alcohólicas tienen una cosa en común: todas ellas contienen alcohol, lo que significa que han sido sometidas al proceso de fermentación. La fermentación es un término muy utilizado en la industria del alcohol y, aunque el concepto general es relativamente sencillo de entender, muchos bebedores no son plenamente conscientes de los entresijos de este proceso esencial para la creación de alcohol.
La fermentación alcohólica, también denominada fermentación del etanol, es un proceso biológico por el que el azúcar se convierte en alcohol y dióxido de carbono. Las levaduras son las responsables de este proceso, y el oxígeno no es necesario, lo que significa que la fermentación alcohólica es un proceso anaeróbico. Los subproductos del proceso de fermentación incluyen calor, dióxido de carbono, agua y alcohol. En este caso, nos centramos en este último.
Los seres humanos han utilizado el proceso de fermentación del etanol durante milenios. Los antiguos griegos eran conocidos por su producción de hidromiel, que se elaboraba mediante la fermentación de miel y agua. Sin embargo, entretanto la miel ha pasado a un segundo plano en favor de otros alimentos, sobre todo los cereales (para la cerveza y los licores) y las uvas (para el vino). Otros productos base son otras frutas, como las bayas, las manzanas, etc., el arroz (para el sake) y otros.
El brandy es fermentado o destilado
Independientemente de que el vino, la cerveza o los licores sean lo que más le guste, estas bebidas alcohólicas tienen una cosa en común: todas ellas contienen alcohol, lo que significa que todas han pasado por el proceso de fermentación. La fermentación es un término muy utilizado en la industria del alcohol y, aunque el concepto general es relativamente sencillo de entender, muchos bebedores no son plenamente conscientes de los entresijos de este proceso esencial para la creación de alcohol.
La fermentación alcohólica, también denominada fermentación del etanol, es un proceso biológico por el que el azúcar se convierte en alcohol y dióxido de carbono. Las levaduras son las responsables de este proceso, y el oxígeno no es necesario, lo que significa que la fermentación alcohólica es un proceso anaeróbico. Los subproductos del proceso de fermentación incluyen calor, dióxido de carbono, agua y alcohol. En este caso, nos centramos en este último.
Los seres humanos han utilizado el proceso de fermentación del etanol durante milenios. Los antiguos griegos eran conocidos por su producción de hidromiel, que se elaboraba mediante la fermentación de miel y agua. Sin embargo, entretanto la miel ha pasado a un segundo plano en favor de otros alimentos, sobre todo los cereales (para la cerveza y los licores) y las uvas (para el vino). Otros productos base son otras frutas, como las bayas, las manzanas, etc., el arroz (para el sake) y otros.