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Todos sabemos lo horrible que puede ser la resaca después de una noche de copas. Sucede porque básicamente estás envenenando tu cuerpo con alcohol. Pero aparentemente hay un tipo de cerveza que es un poco menos tóxica que cualquier otro tipo de alcohol.
Según un nuevo estudio publicado en la revista Alcohol and Alcoholism de Oxford, los científicos descubrieron que la cerveza con lúpulo es significativamente menos dañina para el hígado que el licor e incluso la cerveza sin lúpulo. Después de dar de comer a los ratones durante 12 horas, los investigadores descubrieron que los sujetos que habían tomado la cerveza con lúpulo tenían mucha menos grasa en el hígado que los que habían consumido etanol y cerveza sin lúpulo.
Es más, según informa Munchies, tanto el etanol como la cerveza sin lúpulo provocaron la misma cantidad de grasa en el hígado de los ratones, lo que significa que fue el lúpulo el que ayudó a prevenir el daño del órgano. “Nuestros datos sugieren que el lúpulo de la cerveza atenuó notablemente la esteatosis hepática [hígado graso] aguda inducida por el alcohol”, escribieron los autores.
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Beber con moderación con el hígado graso
La popularidad de la cerveza sin alcohol se ha disparado en los últimos años a medida que más estadounidenses -en particular los millennials- han tratado de reducir, o eliminar, su consumo de alcohol. Las ventas de cerveza sin alcohol aumentaron un 39% en 2019 y otro 38% en 2020, alcanzando los 188 millones de dólares, según el investigador de mercado IRI. Y los consumidores ya no se limitan a los gustos de O’Doul’s. Una incipiente escena artesanal está encabezada por The Athletic Brewing Co, una empresa con sede en Connecticut fundada en 2018 con la intención de producir cerveza sin alcohol de gran sabor. La empresa ofrece cuatro cervezas, incluidas dos IPA, y tiene el 46% del mercado estadounidense de cervezas artesanales sin alcohol, según el Boston Globe.
Pero las grandes empresas cerveceras también perciben una oportunidad: Boston Beer Co., fabricante de las cervezas Sam Adams y Dogfish Head, lanzó en marzo su primera oferta sin alcohol, Just The Haze. Anheuser-Busch no sólo ha recurrido a la antigua estrella de la NBA Dwyane Wade para promocionar Budweiser Zero, sino que, según se informa, tiene previsto que las cervezas sin alcohol y de bajo contenido alcohólico representen el 20% de su cartera de cervezas.
Cerveza para el hígado graso
Barriga de cerveza. Todos la conocemos: algunos la aceptamos, otros hacemos todo lo posible para deshacernos de ella; incluso dejar de beber cerveza. Ahora que las cervezas sin alcohol están apareciendo a diestro y siniestro, la pregunta en boca de todos parece ser: “¿la cerveza sin alcohol es realmente más saludable que la cerveza normal?”
Esa es la gran pregunta que vamos a abordar en este post. Si nos fijamos en nuestra propia cerveza artesanal sin alcohol, Parc Pils, la respuesta suele ser: “¡sí!” Hay algunas cosas que Parc Pils tiene sobre la cerveza estándar en el departamento de salud.
La primera, y quizás la más obvia, es la falta de alcohol. Hay muchas investigaciones que nos dicen que el consumo excesivo de alcohol no es un buen augurio para la salud general de nuestros hígados. Lo analizaremos más a fondo a continuación.
Por último, y lo que separa a Parc de otras cervezas sin alcohol es el bajo contenido de azúcar. Explicaremos qué es lo que hacemos de forma diferente para conseguir un bajo nivel de azúcar y evitar el extraño sabor a edulcorante artificial de otras cervezas sin alcohol.
Cuánto alcohol es seguro para el hígado graso
En la población general, los datos de los estudios transversales sugieren que el consumo de alcohol de modesto a moderado se asocia a una menor prevalencia de HGNA en comparación con la abstinencia de alcohol. Aunque estos estudios pueden ser útiles para orientar las políticas públicas, tienen una aplicación limitada al paciente con HGNA o esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) que acude a la consulta. En un metaanálisis que utilizó datos de ocho estudios diferentes y de su propia cohorte argentina, Sookoian et al. trataron de delinear la asociación entre el consumo de alcohol y la prevalencia de HGNA (1). Este estudio incluyó a 43.175 personas que se dividieron en dos grupos, a saber, los no bebedores (definidos como 0 g/día de ingesta de alcohol; n=30.791) y los bebedores modestos o moderados (definidos como <40 g/día de ingesta de alcohol; n=12.384). El análisis demostró que el grupo con una ingesta de alcohol de modesta a moderada tenía menos probabilidades de padecer HGNA en comparación con los no bebedores. Los autores concluyeron que la ingesta de alcohol de modesta a moderada se asocia con un efecto protector del 31% contra el desarrollo de HGNA. Sin embargo, en un análisis posterior de metarregresión que incorporaba datos de seis estudios combinados (n=42.059), se demostró que el IMC era un posible factor de confusión, ya que los que consumían una cantidad modesta de alcohol parecían tener un IMC más bajo en comparación con los abstemios (2). No obstante, los resultados sugieren que el consumo modesto de alcohol está inversamente asociado con el diagnóstico de HGNA para quienes no tienen un diagnóstico conocido de HGNA.