Dieta disociada 3 3 3
Mientras que la mayoría de los nutricionistas recomiendan comidas equilibradas compuestas por una combinación de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables), celebridades como Jennifer López y Catherine Zeta-Jones habrían obtenido resultados sorprendentes haciendo exactamente lo contrario. Se dice que son fans de la Dieta Disociada, un método de combinación de alimentos que exige consumir sólo un grupo de alimentos en cada comida o incluso durante todo el día.
“He tratado de rotar mis alimentos, lo que según mi nutricionista aumenta la pérdida de peso”, dijo Jennifer López. “Así que podría tener dos días de carbohidratos y fruta y luego dos días de proteínas y verduras… me ha dado mucha energía”.
También llamada Dieta Hay, la fórmula alimentaria de la Dieta Disociada fue desarrollada originalmente por el doctor William Howard Hay, como protocolo de curación tras su propio ataque al corazón en 1905. En aquel momento, el Dr. Hay escribió que comer una variedad de grupos de alimentos en cada comida grava el sistema digestivo del cuerpo. Razonó que los órganos digestivos tienen que crear y liberar suficientes fluidos digestivos y enzimas para descomponer simultáneamente las proteínas animales y los lácteos (que se digieren en un entorno ácido) y los almidones (que se digieren en un entorno alcalino).
Efectos secundarios de la dieta del heno
La dieta disociada es una de las dietas clasificadas como milagro , que consiste en no mezclar grupos de alimentos. Se basa en no combinar los alimentos ricos en hidratos de carbono con los considerados neutros y los que tienen proteínas . Este régimen no es variado y puede tener inconvenientes para el organismo, ya que es desequilibrado al ser bajo en hidratos de carbono y rico en proteínas.
“Este tipo de plan no tiene ninguna base científica y mucho menos considero que sea un concepto alimentario responsable para transmitir, ya que no garantiza la reeducación alimentaria ni a corto ni a largo plazo”, afirma Ylenia López Llata, dietista y nutricionista madrileña, que considera este método como “deshonesto con la persona que se somete a este ayuno.”
Este régimen no permite mezclar diferentes tipos de hidratos de carbono entre sí, ni con proteínas. Hay que evitar la combinación de legumbres con verduras, y las frutas de diferentes grupos entre sí. Si las uniones mencionadas se comen en la misma comida, teóricamente el alimento se convierte en grasa y hace engordar a la persona que lo toma.
Dieta del heno
La preocupación por la dieta ha generado en los últimos años una explosión de remedios, algunos útiles, muchos prescindibles y, en una proporción importante, claramente perjudiciales. Muchas de las autoproclamadas “dietas disociadas” -las que se centran en determinados alimentos- no entran dentro de la “pura fantasía”, como alertan desde la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Los expertos advierten de los riesgos de cualquier dieta disociada que permita comer sin medida que incluya restricciones alimentarias o sanitarias, dos de sus mayores diferenciadores.
El presidente de la Fundación Española de Nutrición, Gregorio Varela, junto a otros destacados expertos, publicó en 1999 una investigación y revisión que explora y explica las particularidades de las dietas disociadas más conocidas, entre ellas la del doctor Shelton, la del régimen de Antoine y la del popular Michel Montignac.
La base común que subyace en estas dietas es que los alimentos no contribuyen al bienestar y al aumento de peso por sí mismos o por las calorías que aportan, sino por su consumo mediante determinadas combinaciones. Aluden a que se pueden comer “casi” todos los alimentos, pero no mezclados en la misma comida. Otra característica común a estas dietas disociadas es que limitan la cantidad de alimentos. Su explicación se basa en que el organismo aprovecha las calorías que no aportan los nutrientes, los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas, si se toman por separado, y no juntos en la misma comida.
Reseñas de dietas disociadas
La preocupación por la dieta ha generado en los últimos años una explosión de remedios, algunos útiles, muchos prescindibles y, en una proporción importante, claramente perjudiciales. Muchas de las autoproclamadas “dietas disociadas” -las que se centran en determinados alimentos- no entran dentro de la “pura fantasía”, según alertan desde la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Los expertos advierten de los riesgos de cualquier dieta disociada que permita comer sin medida que incluya restricciones alimentarias o sanitarias, dos de sus mayores diferenciadores.
El presidente de la Fundación Española de Nutrición, Gregorio Varela, junto a otros destacados expertos, publicó en 1999 una investigación y revisión que explora y explica las particularidades de las dietas disociadas más conocidas, entre ellas la del doctor Shelton, la del régimen de Antoine y la del popular Michel Montignac.
La base común que subyace en estas dietas es que los alimentos no contribuyen al bienestar y al aumento de peso por sí mismos o por las calorías que aportan, sino por su consumo mediante determinadas combinaciones. Aluden a que se pueden comer “casi” todos los alimentos, pero no mezclados en la misma comida. Otra característica común a estas dietas disociadas es que limitan la cantidad de alimentos. Su explicación se basa en que el organismo aprovecha las calorías que no aportan los nutrientes, los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas, si se toman por separado, y no juntos en la misma comida.