Cambiar la cerveza por el vino para perder peso
Los humanos llevamos miles de años bebiendo (y discutiendo) sobre los méritos del alcohol para la salud. Su mérito se constata no sólo como bebida social de elección, sino también, históricamente, como tónico para todo tipo de dolencias de salud. Durante años, los expertos han coronado al vino como vencedor de los beneficios para la salud en la discusión sobre “qué alcohol es más sano”. PERO, con las nuevas investigaciones de 2020, tenemos que volver a preguntarnos. ¿Es realmente mejor el vino que la cerveza? Veámoslo más de cerca…
Primero, un poco de historia. Es posible que todos hayan oído hablar de la “paradoja francesa”. Este fenómeno se identificó en la década de 1980 después de que los estudios de población mostraran una mejor salud general y un menor riesgo de enfermedades crónicas entre los franceses. Los franceses eran conocidos por su consumo de ciertos alimentos que no siempre se promocionan como beneficiosos para el corazón, como el queso. Sin embargo, parece que la ingesta simultánea de pequeñas cantidades de vino tinto ayudó a atenuar el “daño” de otros alimentos.
El principal beneficio del vino tinto parece ser su rica fuente de fitonutrientes, concretamente el resveratrol. Se trata de un antioxidante muy potente que se encuentra en la piel de la uva. Las fuentes dietéticas de antioxidantes son importantes para que el cuerpo reduzca la oxidación que se produce en el organismo, que está relacionada con muchas enfermedades crónicas, como las cardiopatías y el cáncer.
¿Qué es mejor para el estómago, el vino o la cerveza?
Tomar un poco de cerveza o de vino puede ser una buena manera de relajarse o de alegrarse con los seres queridos. Sin embargo, estas dos bebidas alcohólicas son fuente de mucha controversia cuando se trata de sus verdaderos beneficios para la salud.
Una lata de cerveza normal contiene más minerales como el folato, el fósforo, la niacina, la vitamina B y el selenio que un vaso de vino. La cerveza también está repleta de fibra y proteínas, que nutren el organismo.
Además, la cerveza contiene prebióticos, que ayudan a la salud intestinal al promover la producción de bacterias buenas. Al igual que el vino, la cerveza contiene cierta cantidad de antioxidantes, que combaten las moléculas dañinas conocidas como radicales libres.
Los radicales libres causan estrés oxidativo, que se ha asociado a varias enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardíacas y la diabetes de tipo 2, entre otras afecciones graves. Aunque tanto la cerveza como el vino contienen antioxidantes, el organismo absorbe más antioxidantes de la cerveza que del vino.
Las sustancias conocidas como polifenoles se citan a menudo cuando se habla de los beneficios del vino para la salud. Pero, al igual que los antioxidantes, tanto la cerveza como el vino contienen polifenoles, pero más en el vino tinto que en la cerveza normal.
¿Es mejor la cerveza o el vino para el corazón?
¿Cabernet o merlot? Si quiere brindar por su salud, lo que haga entre copa y copa puede ser más importante que si bebe vino, cerveza o licor, según un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Texas.
Numerosos estudios han relacionado el consumo moderado de vino tinto -aproximadamente 1 ó 2 vasos al día- con una vida más larga y saludable. Y durante años los investigadores han planteado la hipótesis de que los antioxidantes exclusivos del vino, como el resveratrol, eran la clave de los beneficios de este líquido para prolongar la vida.
El estudio de Texas siguió los hábitos de consumo de 800 personas durante un periodo de 20 años y pareció confirmar los poderes saludables del vino. Los que no bebían alcohol sufrían las tasas de mortalidad más elevadas: el 69% de los participantes murieron durante el periodo de estudio. Entre los bebedores moderados de alcohol que consumían poco o nada de vino, la tasa de mortalidad se redujo al 50%. Los bebedores moderados que consumían sobre todo vino tenían la tasa de mortalidad más baja: sólo el 32%.
¿Caso cerrado? No del todo. Después de profundizar un poco más, los investigadores de Texas descubrieron que los bebedores de vino eran más jóvenes, más ricos, menos propensos a fumar y más aptos físicamente que sus homólogos que bebían cerveza o licor. Tras ajustar los factores de estilo de vida, el equipo de la Universidad de Texas descubrió que el vino no ofrecía mayores beneficios para la salud que la cerveza o el licor.
¿Es mejor el vino o la cerveza para el hígado?
Los amantes del vino saben que el consumo moderado de alcohol se ha relacionado con numerosos beneficios, desde corazones más sanos hasta mentes más agudas e incluso vidas más largas. Y también deberían ser conscientes de los resultados negativos asociados al consumo de alcohol. Pero no todas las bebidas son iguales. Los pros y los contras de beber a menudo dependen no sólo de si se bebe o no, sino también del tipo de alcohol que se elija.
Desde hace tres décadas, los científicos, los profesionales de la medicina y los medios de comunicación se centran en el vino tinto en particular cuando se habla del alcohol y de sus posibles beneficios para la salud, gracias en gran medida a su larga lista de componentes polifenólicos, como las procianidinas, la quercetina y el resveratrol, todos ellos antioxidantes que se encuentran en la piel de la uva.
Pero, ¿es la sabiduría médica predominante tan simple como: ¿Beber vino tinto con moderación? ¿Otras formas de alcohol ofrecen beneficios? Wine Spectator recopila las últimas investigaciones científicas para comparar los distintos efectos sobre la salud de las diferentes bebidas alcohólicas. Siga leyendo para conocer los beneficios -y los riesgos- de cada una de ellas.