Por qué la pasta es buena para ti
En su sitio web ToriAvey.com, Tori Avey explora la historia que hay detrás de los alimentos por los que comemos lo que comemos, cómo han evolucionado las recetas de las diferentes culturas y cómo las recetas de ayer pueden inspirarnos en la cocina de hoy. Más información sobre Tori y The History Kitchen.
La pasta es una de mis grandes debilidades alimentarias. En mi mundo, hay pocos platos que puedan competir con el factor sorpresa de la pasta de cabello de ángel cubierta con una cremosa salsa de vodka. Por eso me alegré tanto de conocer la Dieta de la Pasta, que realmente funciona. Sólo hay unas cuantas reglas sencillas
La pasta es uno de los alimentos más accesibles del mundo. Casi todos los países tienen su propia versión de este popular y económico alimento básico. En Alemania y Hungría tienen spaetzle. En Grecia, orzo. En Polonia, disfrutan de los pierogi de bolsillo. Las familias judías asquenazíes preparan bolas de pasta kreplach. Y en Estados Unidos, la pasta se prepara y se sirve de forma similar a como se hace en Italia, con la excepción de los espaguetis y las albóndigas. De hecho, cuando muchos de nosotros pensamos en la pasta, pensamos en la comida italiana, y la mayoría de la gente cree que se originó allí. Aunque la pasta es tradicionalmente italiana, en realidad tiene una historia muy antigua que hace casi imposible saber a quién se le ocurrió el plato primero.
Como demasiada pasta
“La pasta no se merece la mala fama de que engorda”, dice Amy Keating, R.D., dietista de Consumer Reports. Eliminar la pasta de tu dieta no es el camino mágico para adelgazar. Y, en contra de lo que se pueda creer, tiene valor nutricional.
La forma en que se unen los carbohidratos y las proteínas en la pasta significa que ésta tiene un índice glucémico o IG más bajo, lo que significa que se digiere más lentamente que otros carbohidratos refinados, según investigadores de la Universidad de Sydney y la Universidad de Toronto. Por lo tanto, puede mantenerte saciado y liberar el azúcar en sangre (glucosa) en tu cuerpo de forma más gradual, lo que podría ayudar a perder peso. La pasta fría también es una fuente de almidón resistente, que también puede ayudar a perder peso.
La pasta tampoco es una fuente de calorías vacías. Es cierto que la pasta blanca es un producto de grano refinado, ya que se eliminan el germen y el salvado del trigo, donde se encuentran gran parte de la fibra y los nutrientes. Aun así, aporta de 6 a 7 gramos de proteínas y unos 2 gramos de fibra por taza cocida. La mayoría de las marcas están enriquecidas con vitaminas del grupo B, como el ácido fólico, y hierro.
La pasta más sana
Todos los fideos son pasta, todas las pastas no son fideos. Por ejemplo, el cuscús es pasta, pero no se parece en nada a un fideo. La mayoría de las pastas están hechas de harina de trigo, pero no todas. Incluso si está hecha de arroz o algún otro grano, sigue siendo pasta, pero puede no ser un fideo.
En cuanto a sabor, textura, uso e ingredientes, los “fideos” asiáticos e italianos son criaturas totalmente diferentes. Y sí, la pasta no se refiere sólo a la forma de un trigo duro cocido para. Es más bien una referencia a todo el plato o al resultado final. Es un término equivocado, ya que la pasta es el “fideo” y el plato final resultante.
Tipos de pasta
La pasta es un alimento básico[1] de la cocina tradicional italiana, cuya primera referencia se remonta a 1154 en Sicilia[2]. También se utiliza comúnmente para referirse a la variedad de platos de pasta. La pasta es un fideo elaborado tradicionalmente a partir de una masa sin levadura de harina de trigo duro mezclada con agua y formada en láminas y cortada, o extruida en diversas formas, para luego ser cocinada y servida en diversos platos. Puede elaborarse con harina de otros cereales o granos, y pueden utilizarse huevos en lugar de agua.
Cada plato de pasta tradicional se define por un tipo específico de pasta, un estilo de cocción concreto y una salsa o condimento específico. Hay un gran número de evoluciones y variantes de los platos tradicionales. La pasta también se utiliza a menudo como ingrediente complementario en algunas sopas, pero éstas no se consideran “platos de pasta” (salvo la categoría pasta en brodo o ‘pasta en caldo’)[3].
Los distintos tipos de pasta se clasifican en: pasta secca (pasta seca), pasta fresca (pasta fresca), pasta all’uovo (pasta al huevo), pasta ripiena (pasta rellena, como los raviolis), ñoquis (bolas de masa blanda). Los estilos de cocción se clasifican en: pasta asciutta (o pastasciutta, en la que la pasta se hierve y luego se adereza con una salsa o condimento complementario), pasta al forno (pasta al horno, en la que la pasta se incorpora a un plato, junto con la salsa o condimento y posteriormente se hornea), y pasta in brodo (pasta en caldo, en la que la pasta se cuece y se sirve en un caldo, normalmente de carne). Las salsas para pasta (utilizadas sobre todo para la pasta asciutta y la pasta al forno) se clasifican en dos grandes grupos: sughi rossi (salsas rojas, con tomate) y sughi bianchi (salsas blancas, sin tomate).