Marcas de cerveza alemanas
Debido en gran medida a la “paradoja francesa”, el vino -en particular el tinto- se consideró durante mucho tiempo la bebida alcohólica con más probabilidades de aportar beneficios significativos para la salud. Esta idea ha impregnado la investigación académica, el marketing de alimentos y bebidas y la prensa popular. Nuestro propósito no es disipar la noción de que el consumo moderado de vino tiene beneficios para la salud, sino más bien discutir la creciente literatura sobre los beneficios para la salud de la cerveza, que es comparable al vino en muchos aspectos, pero que no se considera popularmente como una opción saludable.
Este artículo sintetiza y analiza la investigación que puede servir de base para unas recomendaciones actualizadas y más matizadas sobre el consumo de cerveza y la salud por parte del gobierno federal. También puede servir de base para la política de venta, fiscalidad y consumo de alcohol. Por ejemplo, los gobiernos federales, estatales y locales tienen leyes y reglamentos sobre el volumen de alcohol permitido, los límites de distribución, las técnicas de fabricación de alcohol y los tipos de envases permitidos. La mayoría de estas leyes pretenden frenar el consumo de alcohol en exceso y poco saludable, pero su eficacia es discutible. No cabe duda de que existen precedentes de regulación gubernamental en relación con el consumo de cerveza por tipos y es probable que las leyes puedan mejorarse y perfeccionarse y que se realicen esfuerzos educativos.
Jarra de cerveza alemana
La marca de cerveza más popular en Alemania es Krombacher de Krombach. Otros nombres destacados son Beck’s y Warsteiner. Las tres marcas producen una gran variedad de cervezas y bebidas a base de cerveza, así como cerveza sin alcohol.
Diga Alemania, piense en la cervezaEl consumo de cerveza en Alemania ha disminuido en la última década, en comparación con los niveles en constante aumento de 1950 a 1980. Esto puede deberse a varias razones: los cambios en las tendencias de consumo, la introducción de nuevas bebidas en el mercado, tanto alcohólicas como no alcohólicas, así como consideraciones de salud. Sin embargo, a pesar del descenso del consumo y de las ventas de cerveza, la industria cervecera alemana sigue siendo próspera, y el número de fábricas de cerveza en el país sigue aumentando. El Día de la Cerveza Alemana se celebra el 23 de abril.
Aunque las previsiones de ingresos de la industria de la cerveza fabricada no muestran grandes saltos en las cifras en la década de 2020, tampoco muestran caídas dramáticas. En 2022, se prevé que los ingresos asciendan a casi 11.200 millones de dólares estadounidenses.
Ley de pureza de la cerveza en Alemania
Las leyes alemanas que regulan el consumo y la venta de alcohol se centran sobre todo en la protección de los jóvenes. A diferencia de muchos otros países, la legislación no está diseñada para mantener a los jóvenes alejados del alcohol por completo, sino para enseñarles un enfoque adecuado del consumo de alcohol.
Debido al pánico moral que suscita el consumo excesivo de alcohol entre los menores (un chico de 16 años murió tras haber consumido 45 chupitos de tequila en un bar a principios de 2007),[3] algunas personas exigieron que se elevara la edad de consumo. Sin embargo, la mayoría de los políticos se mostraron contrarios a esa idea, señalando que ese consumo ya estaba prohibido según las leyes vigentes, que simplemente debían aplicarse[4]. En Alemania y el resto de Europa, el consumo de alcohol por parte de los adolescentes es tradicional y generalmente aceptado[5].
Burkhard Blienert, Comisionado del Gobierno Federal para asuntos de adicción y drogas, habló sobre el tema de la edad de consumo de alcohol en Alemania y es partidario de elevarla a los 18 años para todo tipo de bebidas alcohólicas y de suprimir la regulación del “begleitetes Trinken” (“consumo acompañado”) a partir de los 14 años[9].
La mejor cerveza alemana
Por supuesto, esta “Warmbier” no era simplemente cerveza calentada, sino un brebaje a base de cerveza que se hacía calentando la cerveza y añadiendo después huevos, harina, mantequilla, jengibre, nuez moscada, sal y azúcar. Para que quede claro, cuando hablamos de cerveza “tibia” o caliente en los tiempos modernos, nos referimos simplemente a la cerveza que se calienta, que es algo muy diferente del antiguo batido de proteínas germánico conocido como “Warmbier”.
Por extraño que pueda sonar a la mayoría del mundo actual que bebe cerveza fría, servir cerveza caliente no fue un fenómeno exclusivo de Alemania, ni tampoco los supuestos beneficios para la salud asociados a ella. Ya en 1641, se editó un libro para su venta en la tienda del inglés Henry Overton titulado: “Warm beere, or, A treatise wherein is declared by many reasons that beere so qualified is farre more wholsome than that is drunke cold with a confutation of such objections that are made against it, published for the preservation of health”.
La cerveza caliente parece haber perdido el favor a finales del siglo XIX, como lamenta W.T. Marchant en su libro de 1888 titulado In Praise of Ale (Elogio de la cerveza): “Es lamentable que algunas de las bebidas más reconfortantes hayan pasado de moda. Cuando la cerveza era la bebida básica, por la mañana, al mediodía y por la noche, era natural que nuestros antepasados prefirieran su cerveza para el desayuno caliente y con sabor a ‘night-caps’.”