Cocina Thomas
Los niños estadounidenses son alimentados con comida procesada y pobre en nutrientes que los deja hambrientos y obesos al mismo tiempo. Nuestro sistema alimentario está destruyendo sus cuerpos y mentes en crecimiento. Con una riqueza privada total estimada en 63,5 billones de dólares, Estados Unidos es más rico que cualquier otro país del mundo. Sin embargo, nuestros niños están soportando la carga de un sistema alimentario roto, incluso letal.
Hoy en día, la diabetes es la séptima causa de muerte en Estados Unidos y le cuesta al país unos 245.000 millones de dólares en gastos médicos y pérdida de productividad cada año. No estamos preparando a nuestros hijos para un futuro saludable cuando no les enseñamos a nutrir sus cuerpos y sus mentes. El acceso inadecuado a los alimentos saludables, en particular a las verduras y frutas, puede conducir a enfermedades crónicas prevenibles que afectan a los niños hasta la adolescencia y más allá. Me refiero a que los niños se sientan sanos y vayan a la escuela, se gradúen, consigan un trabajo y formen una familia. Los hábitos se forman pronto y lo mismo debería ocurrir con una buena dieta. Todo empieza con la comida de verdad.
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Real Food es una tendencia que se centra en los productos alimenticios que han sido mínimamente procesados o de una manera que no disminuye su calidad o disminuye sus propiedades. Este movimiento, que está de moda en todo el mundo, defiende el derecho a una alimentación sana y respetuosa con el medio ambiente.
Ya en los años 80, varios estudios patrocinados por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) desarrollaron una nueva tendencia que unía conceptos como nutrición y sostenibilidad para crear el concepto de dieta sostenible. Según la FAO, una dieta sostenible es aquella que tiene un impacto medioambiental reducido, protege la biodiversidad y los ecosistemas, promueve un estilo de vida saludable y es nutricionalmente adecuada.
Sin embargo, en las últimas décadas, el ritmo cada vez más vertiginoso de las sociedades occidentales ha provocado precisamente el efecto contrario: un aumento del consumo de alimentos procesados y ultraprocesados, la llamada comida rápida y, en definitiva, unos hábitos alimentarios poco saludables que se alejan de la dieta sostenible que propone la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la FAO. Ante esta situación, se han alzado voces a favor de la creación de alternativas, como la Real Food.
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Carlos Ríos utiliza memes y habla de Matrix cuando se comunica sobre su dieta -haciendo referencias a que todo el mundo está a oscuras sobre los alimentos procesados como algo parecido a Matrix. Pero que no cunda el pánico. También hay alimentos procesados buenos. El yogur natural, el aceite de oliva virgen extra, el pan 100% de trigo, el chocolate negro de más del 70% de cacao son algunos de estos alimentos que son saludables.
La Casa Viva es el paraíso de los realfooders. Ofrecen platos que se adaptan a cualquier intolerancia y/o dieta específica -como la vegana, la macrobiótica, la vegetariana, la crudivegana- y, además, la comida es saciante, sana y casera. Está pensado para personas que buscan algo más que comida normal.
Sólo utilizan productos de temporada y ecológicos, por lo que el menú cambia de vez en cuando. Incluso en el edificio de La Casa Viva se han utilizado técnicas de bioconstrucción. Está decorado con un estilo vintage y un toque mediterráneo, un aspecto que rinde homenaje al lugar de donde procede el restaurante.
En esta misma línea se creó Rawcoco, un espacio que ofrece una carta equilibrada en salud y calidad. Aquí se puede venir a desayunar, a tomar el brunch, a comer, o incluso a relajarse tomando un batido saludable.
Realfood Jelly Iklan TVC
Toda mi vida he sido la que ha reunido a la gente. Desde muy joven, la comida y la bebida han sido lo que más me ha apasionado. Por eso, hace dos años dejé el sector de los servicios financieros y di el salto de fe para empezar mi carrera en la hostelería. Unirme a este programa fue una de las mejores decisiones que he tomado.
Creo que el programa MMH me ha proporcionado los conocimientos y las habilidades para poder hablar el “lenguaje de la hostelería” a un alto nivel, así como perfeccionar mis habilidades de oratoria, liderazgo y operación.
Lo mejor del programa fue la gente. Las conexiones que los estudiantes establecieron entre sí, con los ponentes invitados y con los profesores seguirán creciendo durante toda la vida. El personal del CSA mostró un gran entusiasmo por nuestro crecimiento personal y nos apoyó durante todo el programa.