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¿Cuál es el problema del consumo de carne?

marzo 28, 2022

Consumo de carne bbc

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, inauguró la cumbre del clima COP26 en Glasgow con el mantra de “carbón, coches, dinero y árboles”. Pero hasta ahora la cumbre ha ignorado en gran medida el elefante en la habitación. O mejor dicho, a las vacas, cerdos, pollos y peces.

El sistema alimentario mundial es actualmente responsable de una cuarta parte de todos los gases de efecto invernadero producidos por el hombre, una cifra que se prevé que aumente. Sólo el aumento de las emisiones del sistema alimentario amenaza con un calentamiento superior a 1,5℃. No cabe duda de que tenemos que dejar de quemar combustibles fósiles, pero reducir el consumo de ganado en los países de ingresos altos y medios también es vital tanto para proteger el clima como para restaurar la naturaleza.

En la COP26, los gobiernos se han comprometido a detener la deforestación y a reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030. Comer mucha carne es uno de los principales impulsores de ambas cosas, pero hasta ahora no se han anunciado objetivos de reducción. El compromiso de proteger la naturaleza firmado por 45 gobiernos no menciona en absoluto el consumo de carne, mientras que el Secretario de Agricultura de Estados Unidos afirmó en una entrevista que los estadounidenses no necesitan producir o comer menos carne.

Impacto medioambiental de la industria cárnica

El impacto medioambiental de la producción de carne varía debido a la gran variedad de prácticas agrícolas empleadas en todo el mundo. Se ha comprobado que todas las prácticas agrícolas tienen diversos efectos sobre el medio ambiente. Algunos de los efectos medioambientales que se han asociado a la producción de carne son la contaminación por el uso de combustibles fósiles, el metano animal, los residuos de efluentes y el consumo de agua y tierra. La carne se obtiene mediante diversos métodos, como la agricultura ecológica, la cría en libertad, la producción ganadera intensiva, la agricultura de subsistencia, la caza y la pesca.

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Se considera que la carne es uno de los principales factores que contribuyen a la actual crisis de pérdida de biodiversidad[2][3][4][5][6] El informe de evaluación global de la IPBES de 2019 sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas concluyó que la agricultura industrial y la sobrepesca son los principales impulsores de la extinción, y que las industrias cárnica y láctea tienen un impacto sustancial[7][8]. [7][8] El informe de 2006 La larga sombra del ganado, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), afirma que “el sector ganadero es un importante factor de estrés para muchos ecosistemas y para el planeta en su conjunto. A nivel mundial es una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero (GEI) y uno de los principales factores causantes de la pérdida de biodiversidad, y en los países desarrollados y emergentes es quizás la principal fuente de contaminación del agua”[9].

Producción de carne

Puede que el estadounidense medio no haya considerado la conexión entre el calentamiento global y una hamburguesa con queso, pero las Naciones Unidas sí lo han hecho. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó un informe en febrero de este año en el que concluía que la ganadería es responsable del 18% de las emisiones de calentamiento global. Si se tiene en cuenta todo el ciclo de vida de la carne, cada consumidor de carne es responsable de 1,5 toneladas más de gases de efecto invernadero que un vegano al año, según un estudio de la Universidad de Chicago. En cambio, cambiar un Toyota Camry por un Toyota Prius híbrido ahorraría una tonelada de gases de efecto invernadero al año.

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Se prevé que la producción anual de carne en el mundo se duplique con respecto a principios de siglo para el año 2050, lo que no hará más que aumentar los gases asociados al calentamiento global. Una de las formas más rápidas de reducir nuestras emisiones colectivas de gases de efecto invernadero es comer menos carne.

En 2006, los doctores Pamela Martin y Gidon Eshel, de la Universidad de Chicago, compararon los efectos de los gases de efecto invernadero de una dieta vegana con otras cinco dietas: la del estadounidense medio (72% a base de plantas, 14% de carne, 14% de huevos/lácteos), y tres dietas de construcción similar que sustituyen el 14% de carne por carne roja solamente, pescado solamente y aves solamente. La quinta dieta era una dieta vegetariana (10 por ciento de huevos/lácteos). Las cinco dietas equivalían a 3.774 calorías consumidas al día, una cifra de la FAO que representa el número de calorías producidas y distribuidas por persona en EE.UU., lo que significa que, aunque no comemos necesariamente esa cantidad de media, sí comemos o desperdiciamos esa cantidad en las tiendas de comestibles y en casa.

Por qué la carne es mala para el medio ambiente

La ética de la matanza de animales por su carne se ha debatido durante siglos. Pero en los últimos años, el inminente espectro del cambio climático ha planteado a los consumidores de carne un dilema adicional: los científicos del clima han advertido que la cría de ganado y de productos lácteos es insostenible, ya que genera altos niveles de gases de efecto invernadero en cada etapa del proceso de producción. Para muchos vegetarianos y veganos, el factor climático ha supuesto otro argumento de peso para dejar de lado la carne.

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Para ilustrar el impacto climático de la carne de vacuno, el mes pasado el sitio web del Reino Unido sobre el cambio climático Carbon Brief publicó un cuestionario interactivo en el que se exponía exactamente el mayor daño que causa la carne en comparación con otros alimentos. Según los datos presentados, las industrias cárnica y láctea crean 7,1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero al año, lo que supone el 14,5% del total de las emisiones provocadas por el hombre. Pero la carne de vacuno es, con mucho, el mayor infractor, ya que genera 60 kilogramos de emisiones de gases de efecto invernadero por kilogramo de carne producida, lo que supone más del doble de emisiones que el siguiente alimento más contaminante, el cordero.

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