Recetas de dieta para el hígado graso en el Reino Unido
Existen dos tipos principales de enfermedad del hígado graso, la inducida por el alcohol y la no alcohólica. La enfermedad del hígado graso no alcohólico se diagnostica con mayor frecuencia en las personas obesas o sedentarias y en las que llevan una dieta muy procesada. Una de las principales formas de tratar la enfermedad del hígado graso es con la dieta. Como su nombre indica, la enfermedad del hígado graso significa que se tiene demasiada grasa en el hígado. En un cuerpo sano, el hígado ayuda a eliminar las toxinas y produce la bilis, la proteína digestiva. La enfermedad del hígado graso daña el hígado e impide que funcione tan bien como debería.Una dieta baja en grasas con suficientes carbohidratos y fibra con una cantidad adecuada de proteínas ayudará a superar la condeción de la enfermedad.El tratamiento del hígado graso depende de su causa y, en general, tratar la causa subyacente revertirá el proceso de esteatosis si se aplica en una fase temprana. Dos causas conocidas de la enfermedad del hígado graso son el consumo excesivo de alcohol y una dieta prolongada que contenga alimentos con una elevada proporción de calorías procedentes de los lípidos. Para los pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico con esteatosis pura y sin evidencia de inflamación, la única recomendación suele ser una pérdida de peso gradual. En los casos más graves, se ha demostrado que los medicamentos que disminuyen la resistencia a la insulina, la hiperlipidemia y los que inducen la pérdida de peso mejoran la función hepática.
Invertir el hígado graso
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA) es actualmente la causa más común de enfermedad hepática crónica en todo el mundo y tendrá un gran impacto en las necesidades de atención sanitaria de muchos países en el futuro. La EHGNA puede evolucionar hacia la cirrosis, el cáncer de hígado y la insuficiencia hepática. Por eso he investigado mucho sobre la dieta y las terapias nutricionales que pueden revertir la patología de la NAFLD.
El hígado posee notables propiedades de reparación y renovación y es posible revertir completamente la HGNA si se detecta a tiempo. Cada vez vemos más casos de HGNA en una población mucho más joven y no es infrecuente en los niños con sobrepeso. Esto es preocupante porque cuanto antes se desarrolle un hígado graso, más probabilidades habrá de desarrollar complicaciones.
Esta no es una dieta baja en grasas y calorías y, a diferencia de las dietas antiguas, no le dejará hambriento y cansado. Tampoco es una dieta rica en proteínas, sino que le proporciona proteínas de primera clase regularmente a lo largo del día, junto con muchas verduras y algunas grasas buenas.
Síntomas del hígado graso
La enfermedad del hígado graso se caracteriza por la presencia de cantidades anormales de grasa en el hígado, lo que se denomina esteatosis. Si tiene grasa en el hígado pero no hay ningún otro daño, se considera que tiene una enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA). Si no se trata, puede producirse una inflamación y un daño en las células del hígado, causando una enfermedad llamada esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). La EHNA está asociada a la cirrosis, la enfermedad hepática terminal y el trasplante de hígado, y suele estar relacionada con enfermedades cardiovasculares.
Los cambios dietéticos que inducen la pérdida de peso y la adición de alimentos ricos en nutrientes y antioxidantes, como las frutas y las verduras, pueden revertir o prevenir la progresión de la enfermedad. También es importante limitar los carbohidratos refinados, los azúcares simples, los alimentos fritos, los alimentos procesados y los alimentos con alto contenido en grasas saturadas.
La pérdida de peso, especialmente en el tejido abdominal o adiposo, puede ayudar a reducir la grasa en el hígado. Dado que la enfermedad del hígado graso suele estar asociada a la obesidad, la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, la pérdida de peso es uno de los objetivos principales, y la dieta puede ayudar a conseguirlo.
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El desayuno suele ser una de las comidas más importantes del día cuando se trata de mantener una dieta equilibrada para el hígado, sobre todo en el caso de pacientes con enfermedades hepáticas o afecciones como la enfermedad del hígado graso.
En este artículo encontrará cuatro recetas de desayunos saludables, fáciles de preparar y repletos de nutrientes, que podrá preparar en poco tiempo. Además, utilizan ingredientes buenos para el hígado y llenos de nutrientes necesarios para el organismo.
Los alimentos veganos, aunque no son obligatorios, suelen ser muy beneficiosos para los pacientes con afecciones hepáticas porque suelen contener una mayor concentración de nutrientes e incluyen una variedad de alimentos vegetales llenos de vitaminas y minerales.
Esta receta es perfecta para empezar el día con un toque dulce y cuando se acompaña con una variedad de frutas, especialmente frutos rojos y críticos que son beneficiosos para el hígado. Para que esta receta no contenga gluten y sea aún mejor para el hígado, recomendamos sustituir la harina de trigo refinada por harina de avena o de coco.
Los huevos son una de las mejores fuentes de proteínas para el desayuno. Las claras de huevo, en particular, son bajas en calorías y generan una sensación de saciedad que dura toda la mañana. Las yemas, por su parte, contienen grasas saludables, aunque también contienen colesterol, por lo que deben consumirse con moderación.