¿Se pueden comer las acelgas crudas?
Las hojas de acelga se marchitan a medida que se cocinan, lo que las convierte en una sabrosa guarnición que puede aromatizarse de diversas maneras. Hay que separar los tallos de las hojas, ya que los más duros necesitan más tiempo de cocción.
Las acelgas se suelen consumir cocidas, pero son una deliciosa base para una ensalada cuando se comen crudas. Las hojas son tiernas y de sabor suave y son una buena alternativa a la col rizada o las espinacas. Asegúrese de aliñar generosamente la ensalada para que todas y cada una de las hojas estén sazonadas.
El kimchi, el condimento coreano picante por excelencia a base de verduras fermentadas, puede hacerse con acelgas. Nuestra versión es muy rápida de hacer y está llena de sabor. Lo hemos utilizado para cubrir pasteles de pescado, pero también se puede utilizar como guarnición de un filete asado, o mezclarlo con
¿Se pueden comer acelgas crudas?
El colorido y frondoso verde conocido como acelga es en realidad una remolacha que se desarrolló específicamente por sus tallos y hojas comestibles, que a menudo se utilizan en las recetas como sustituto de las espinacas. Aunque se parece mucho a las espinacas y pertenece a la misma familia de plantas, las amarantáceas, las acelgas se comparan a menudo con la col rizada. La acelga es un cultivo bienal, disponible durante todo el año, y tiene la particularidad de que se adapta bien tanto a las temperaturas frescas como a las cálidas. Se puede consumir cocida o cruda, según las preferencias del consumidor. Al igual que muchas hortalizas de la familia de las verduras de hoja verde, las acelgas son susceptibles de sufrir patógenos alimentarios si no se siguen las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Dado que son un medio para el crecimiento de patógenos, estas verduras potencialmente peligrosas son más seguras cuando se mantienen a temperaturas de 41° F o inferiores.
La historia de la acelga se remonta a Sicilia, pero con el paso de los años ha ganado popularidad entre los chefs mediterráneos y en toda Europa. El nombre de la acelga se cambió por el de “acelga suiza” cuando los productores quisieron distinguirla de la acelga francesa. En el siglo XIX, el nuevo nombre se había impuesto y se imprimía en los catálogos de semillas. Hasta la década de 1850, la acelga se consideraba una planta especial producida principalmente para los mercados europeos; sin embargo, tras la Guerra Civil estadounidense, los Estados Unidos empezaron a aumentar su cultivo. La especie no autóctona de Norteamérica se domesticó a partir de la variedad silvestre de la región mediterránea. Originalmente, las hojas de la planta joven se añadían a las ensaladas; sin embargo, en el siglo XIX, los cocineros empezaron a separar las hojas de la nervadura media para cocinarlas, lo que ayuda a eliminar el sabor amargo.
Ensalada de acelgas
¿Quiénes son mis amantes de las acelgas? Si te gustan las acelgas, esta sencilla receta de acelgas salteadas te encantará. Es muy fácil de preparar y sólo tiene 80 calorías por ración. Es naturalmente vegana y sólo tiene 7 gramos de carbohidratos netos por porción.
Si está atrapado en la rutina de las espinacas baby de una caja de plástico cada semana, ¡es hora de subirse al tren de las acelgas! No te sientas intimidado por ella, no es tan temible como parece y es muy buena para ti. Antes de que lleguemos a los consejos sobre cómo hacer este sencillo salteado de acelgas, ¡aquí tienes algunos datos útiles sobre ellas!
La acelga es una verdura de hoja que está relacionada con la remolacha. Tiene tallos crujientes que suelen ser rojos, aunque también pueden ser blancos o amarillos. El color de las hojas varía entre el verde oscuro y el verde rojizo. El sabor es similar al de la remolacha y las espinacas, con un ligero amargor y un fuerte sabor a tierra.
Las acelgas son totalmente comestibles, incluidas las hojas y los tallos. Los tallos necesitan un poco más de tiempo de cocción que las hojas porque tienen mucha celulosa que necesita ablandarse durante más tiempo. Las hojas se cocinan rápidamente.
Cómo comer acelgas crudas
“Cualquiera que haya seguido mis escritos no ha podido evitar darse cuenta de lo mucho que hablo de las acelgas. Estas maravillosas hojas pertenecen a la misma familia que la remolacha. Cuando se recogen pequeñas son una gran aportación a las ensaladas de hojas, tanto por su sabor como por su magnífico tono rojo. Pero son las hojas grandes, maduras y de color verde intenso -con tallos que van del blanco al amarillo, pasando por el rojo y el naranja- las que tanto me gustan” Yotam Ottolenghi, Plenty
Aquí se ven las acelgas blancas. Esta se abre como el abanico de avestruz de una bailarina de burlesque, ¡pero sólo produce lo suficiente para una persona! Una forma de cocinarla es calentar las partes verdes con un poco de mantequilla, sal y vermú seco.
Sin embargo, a pesar de su nombre, las acelgas no proceden de Suiza, sino de Sicilia (lo que explica quizás por qué encuentro el tipo de tallo blanco por toda Cerdeña; las acelgas en general son muy italianas). Se describe, al menos en inglés (en italiano su nombre es “bietole”), como “suiza” porque fue el botánico Karl Koch quien distinguió por primera vez entre acelgas y espinacas francesas. Para mayor confusión, Koch era de hecho alemán y no suizo…